miércoles, 15 de febrero de 2012

El Congreso de Viena fue convocado en 1814 con el objetivo de proceder al reajuste territorial de Europa. En él participaron las principales potencias, representadas por sus respectivos embajadores: Austria (Metternich), Gran Bretaña (Castlereagh), Rusia (Alejandro I), Prusia (Humbolt) y Francia (Talleyrand). España intervino superficialmente como potencia de segundo orden.

Las ideas principales se pueden resumir en los siguientes puntos:



El intento de restaurar el Antiguo Régimen, pretensión que no fue secundada por el Reino Unido.

Talleyrand La idea de legitimismo que reafirmaba el origen divino del poder de los reyes. En virtud de este principio Talleyrand logró reponer en Francia a los Borbones en la figura de Luis XVIII.
Éste sería considerado un monarca revestido de lícita autoridad frente a los que habían alcanzado el poder por el uso de la fuerza, caso de los revolucionarios franceses y Napoleón.

La solidaridad entre los estados, lo que implicaba la cooperación mutua a través de una política común capaz de neutralizar los potenciales movimientos revolucionarios.
La búsqueda de un equilibrio entre las cinco grandes potencias.


Se configuró un nuevo mapa de Europa.

En la reordenación de las fronteras, que habían sido alteradas por las conquistas napoleónicas, no se tuvieron en cuenta las aspiraciones nacionalistas, tampoco los derechos de algunos príncipes que habían sido despojados de sus tronos por los franceses en años precedentes.

Los intereses de las cinco poencias se pusieron en lo prioritario:

El Reino Unido, sin ambiciones territoriales concentró sus esfuerzos en conseguir el dominio marítimo.
Rusia obtuvo, entre otros, el control de gran parte de Polonia y la anexión de Finlandia.
Austria penetró en las italianas Lombardía y el Véneto e intentó mantener la preeminencia centroeuropea frente a Prusia.
Prusia recibió Renania, Sarre y Sajonia.
Francia, tras el "Imperio de los Cien Días" y el definitivo destierro de Napoleón en Santa Elena fue rodeada de "estados-tapón" con el objeto de evitar el posible renacimiento de su expansionismo. Entre éstos destacó el de los Países Bajos y Bélgica.

lunes, 6 de febrero de 2012

Klemens von Metternich presidió la conferencia, y Charles Maurice de Talleyrand, actuó en representación de Luis XVIII, estos dos fueron los protagonistas más destacados. Klemens von Metternich, que estaba en la oposición quería expandir los límites territoriales de su ciudad natal Austria, mientras que Talleyrand intenaba peservar los intereses de Francia. Sorprendentemente, aún cuando Rusia, Prusia, Austria e Inglaterra era quienes dentro del grupo de representados, tenían mayor poder de decisión, Talleyrand logra actuar sobre ellos y su mano se vio en virtualmente toda las decisiones tomadas. Cómo resultado, el Congreso no pudo ver materializado su objetivo original de ver a Francia desmantelada, teniendo que aceptar en su lugar que sus fronteras retornasen a ser las mismas que eran previas a la Revolución Francesa, además de aceptar que fuese reconocida como potencia, ello si bien, en contrapeso, se buscó colocar alrededor de la misma un cinturón de estados custodios.